Naufrago Solitario

Recuerdo que navegaba sola por el mar, pero de ese recuerdo sólo me queda el despertar. Después de unos segundos, minutos, horas, días; no lo sé porque no estuve pendiente del tiempo, mire y percibí un tapete estrellado que estaba sobre mi; me levanté, caminé un poco por un mundo que no conocía y trataba de explicármelo. A pocos metros de donde me encontraba vi a un hombre con aspecto cavernícola que solamente me miraba pero no decía nada. Pensé que habitaba solo en aquella isla y por ello se escondía entre sus palabras.

Podría pensarse que no sabía nada pero realmente él sí que tenía lenguaje porque entendía el mundo, si sentía hambre buscaba comida, aunque él no supiera que a eso se le llamaba hambre; se sumergía en el misterioso mar y entendía que en la profundidad era difícil respirar; miraba a lo lejos y divisaba las estrellas; olía; nadaba; sudaba; hacia fuego; escalaba montañas; cazaba animales y hacia todo aquello que en su soledad aprendió y descubrió en su incesante evolución.

Yo siempre había tratado de vivir así, sola y olvidada como aquel hombre, por eso lo admiraba; pero hoy estando en mi cárcel nocturna entendí que ése no es un lugar que uno busca sino un instante de la vida en donde las palabras se reducen para explicar el vacío y la melancolía y donde se llega a amar lo infinitamente infinito...

Catalina Zapata - Ktadelina