Mi Hastío, Mi Desdicha y Mi Melancolía

¿Por qué otorgar las palabras que se pueden decir? ¿Por qué a los humanos se nos hace tan difícil hablar de lo que nos aflige? Desde siempre he expresado lo que siento con papel y letra, ya que las palabras no me alcanzan y la inspiración no resbala por mi lengua; en cambio mi mano imaginaria, mi cárcel nocturna y mi diálogo con fantasmas me despiertan la lucidez.

El hastío es una enfermedad que ensucia la sabana de la almohada, que moja el papel del que está hecha la servilleta, que curte la tela del pañuelo, que le da acidez al rostro, que le da ansiedad de cigarrillo al pulmón y que a nosotros nos roba la primavera. En el hastío se repercuten los sentimientos tristes, se alojan las desdichas y se aglomera la melancolía, pero también se anhelan abrazos, se aclama al amigo lejano, se desea la soledad y se suplica una palabra de otro. No entiendo porque el olvido se llama olvido y no abandono.

Esto lo escribo porque ese es mi hastió, mi desdicha y mi melancolía. Del ayer vino el hoy y del hoy vendrá el mañana y aún no me quejo porque siempre has estado conmigo y así como el mar tiene misterios tú te has convertido en mi mar y las veces que no has caminado a mi lado ha sido porque me has cargado en tus brazos…

Catalina Zapata - Ktadelina