Azul
Desde lo más profundo del océano, desde lo más cercano del cielo, desde lo más oscuro de la noche y desde lo más significativo de la naturaleza, hay AZUL…
El azul comienza como un rayo de luz, se transforma en un color, pasa a ser el matiz del agua, continua como la tonalidad de la esencia y termina siendo el tono de mi existencia.
Azul es la libertad del que esta solitario, es la fotografía que miro a diario, es la tristeza del que esta encerrado y es la conjugación del verbo olvidado.
Azul es el movimiento abstracto de tus manos, el tiempo de gloria en el que nos amamos, el momento preciso en el que copulamos y la canción tímida que bailamos.
Azul es la lágrima acida que toca la almohada, el polvo de estrellas en el cuento del hada, la aurora que juvenil esta soleada y la noche que envejecida esta estrellada.
Azul es el olor cristalino de la sabana nueva, la asidua historia que se renueva, la cretinéz que maniobra mis sentidos y la diástole retumbante de mis latidos.
Azul es la afonía profunda que existe en la cima de la montaña, la seda larga de la que se sujeta la araña, el fuego vehemente que arde las maderas y la sangre coagulosa que corre por mis venas.
Azul es la vida soñada y el sueño vivido, el recuerdo y el pensamiento prohibido, el contenido de la retina con la que miramos y el aire contaminado que respiramos.
Azul es el olor penetrante de tu loción, el sabor incomparable de tu pasión, el sonido exagerado de tu convulsión, la belleza admirable de tu ilusión y el tacto exacto de tu excitación.
Azul es el orgasmo inconfundible de nuestra unión, el contenido de mis locuras en reunión, la saliva seca que trago mientras fumo y la desesperación demente en la que me consumo.
Azul es mi inconsciente furia, la ciudad que vive en medio de la lujuria, el universo delicadamente bello y la gota que destila tu cabello.
Azul es el espíritu impuro que llevo dentro, el ataúd humilde de mi futuro entierro, las cenizas etéreas de mi cuerpo y el paraíso impalpable de mis sueños.
Catalina Zapata - Ktadelina